Nuestros queridos correctores (Parte 1)

Hace algunos días hablábamos de algunas anécdotas roleras, más específicamente de la célebre "h" que bailaba en el nombre de Rindhare. Eso, y los comentarios que vais dejando en las entradas me han animado a tratar hoy el tema de los correctores de nuestro texto.

Puede que escribamos como los ángeles, pero no, no somos ángeles. Somos humanos imperfectos y los programas que utilizamos son, en algunos sentidos, incluso más humanos que nosotros, es decir, que cometen errores como nosotros. Por suerte, en el mundo editorial existen unos silenciosos colaboradores, que normalmente no trascienden a la luz pública, y que sin embargo son parte fundamental del proceso de edición: los correctores.

El corrector lee el libro con atención y busca todas esas inconsistencias que se nos han pasado inadvertidas, desde erratas tipográficas como hesta hasta detectar inconsistencias del estilo si durante todo este capítulo la chica se llamaba Mary, ¿Por qué ahora se llama Amy? puede parecer una labor sencilla, pero no lo es, en absoluto. Una revisión verdaderamente buena y exhaustiva consume mucho tiempo y requiere tener la mente despejada. Cualquiera puede hacer una lectura rápida y ver los fallos más llamativos, pero una corrección exhaustiva necsita tanta o más atención que la de escribir.

Algunos consejos que podemos dar para facilitar la labor a los correctores son las siguientes:

- Unifica el formato del documento. Puede parece obvio, pero en ocasiones se encuentra uno con cada cosa... si has escrito el 90% del libro en un tipo de letra y tamaño, y después añadiste fragmentos sueltos en otro formato, trata de unificarlo antes de enviárselo. Le ahorrarás el quebradero de cabeza de pensar por qué ocurren estas cosas tan raras. Lo mismo para las notas que has dejado para el editor o el maquetador, indicarlo de alguna forma (Ej. "NOTA PARA EL EDITOR:") ayuda a que el corrector trabaje más cómodo. Posiblemente cuando ya hayáis trabajado en un par de proyectos en común, o si en el sitio para el que escribís hay directrices al respecto, os irá todo más fácil.

- Vigila a tu procesador de textos. Los procesadores de textos son nuestros fieles amigos, pero también son unos capullos de cuidado. En sus ansias por ayudarte a escribir con corrección, sustituyen unas palabras por otras (como "estresores" por "estresares") y hacen todas esas cosas sin avisarte de ello, al menos el que uso yo. Buscar las opciones de corrección y obligar a tu procesador de textos a que deje de meterse donde no le llaman facilitará la labor del corrector y le ahorrará muchos quebraderos de cabeza.

- Revisión del documento. Igual que advertimos la tendencia del procesador de textos, también es justo reconocer los méritos que tiene. El diccionario y la posibilidad de revisar el documento que ofrece es muy interesante para complementar nuestra revisión, en ningún caso para sustituirla. Revisa el documento con el asistente del programa con cuidado, y nunca uses eso de "aplicar a todo". Esto mismo se aplica si decides reeemplazar una palabra con otra, porque las consecuencias pueden ser desastrosas (recuerdo un documento en el que se sustituyó el término "Máster" por "Director de Juego" y provocó que, de paso, se reescribieran los nombres de algunos célebres juegos de rol como RoleDirector de Juego o Mutants & Director de Juegominds, hilarante).

- Realiza tú una revisión previa. Si queréis ahorraros trabajo a los dos, antes de enviárselo al corrector imprímete una copia y leélo con toda la calma que sea posible. Seguramente te ocurra lo que yo llamo "síndrome de leer lo que debería poner, no lo que pone" y muchas erratas sencillamente se te escapen porque no estás leyendo las palabras, sino estás interpretando lo que querías decir con esas palabras, pero puede que otras sí las puedas pasar y, de paso, fardas de cometer pocas erratas ;)

- Ten un diccionario a mano. Nunca viene mal, sobretodo para las palabras que te suenan raras. Recuerda que la RAE es tu amiga.

- Cuida a tu corrector. Como hemos mencionado, la labor del corrector es bastante ingrata y pocas veces se reconoce fuera del ámbito de trabajo (¿Has visto en unas jornadas a alguien loco por conocer al corrector de las erratas de su manual básico favorito? Yo tampoco) y por eso no está de más reconocerle su labor y "mimarle" un poco. La relación será más fluida y agradable. Esto es especialmente cierto si el documento no va dirigido a una editorial y quién te corrige es tu hermano, amigo o vecino del quinto. Regalar bombones puede ser una buena solución.

- Disponte a ir al patíbulo. No esperes que el corrector te devuelva tu documento blanco y límpido. Si él ha hecho su trabajo, parecerá que a tu texto se le ha caído una botella de vino encima por la cantidad de rojo que habrá. Esto puede desanimar al principio (pufff, no os cuento el bajón que me dieron las primeras revisiones del Pater) pero es que el trabajo del corrector es precisamente ése. Si no te buscara las cosquillas no haría su trabajo.

- Decisiones consensuadas. Al revisar el documento es posible que no te muestres de acuerdo con algunas apreciaciones del corrector. Si es así, coméntalas con él. Si sencillamente las omites sin dar explicación o le sigues la corriente porque para algo es el corrector, el documento sufrirá las consecuencias. En la mayor parte de las ocasiones el intercambio de unos cuantos e-mails o llamadas soluciona estos problemas satisfactoriamente para todos.

Y esto es todo por ahora, retomaremos la cuestión más adelante desde el punto de vista del corrector, aprovechando que también he hecho mis pinitos al respecto.

3 comentarios:

Beliagal dijo...

Uysh, qué de verdad hay con lo de "leemos lo que queremos"...

Cada vez que mando algo a la imprenta, lo leemos 3 personas... y todas leemos lo que pensamos que está puesto aunque tenga faltas.

Carlos de la Cruz dijo...

Bueno, yo he escrito una aventura para el juego de rol "Mazes & Minotaurs" (juego de libre distribución muy divertido, buscadlo con San Google), y se la hemos enviado a una persona para que haga correcciones... y la primera vez que te llega el documento lleno de cambios en rojo sí que te desanimas un poco, pero te consuela saber que el documento va a quedar mucho mejor gracias a todo el trabajo que se está haciendo.

Sí ha sido importante el intercambio de correos para valorar los cambios, porque en algunos no he estado de acuerdo y los hemos discutido, y añadido o quitado algunos párrafos.

También ha influido el hecho de que la aventura está en inglés ;), pero bueno, seguro que en español también habrían encontrado gazapos. Es imposible no cometerlos.

Sergio Recio Gamo dijo...

El título me recuerda a "Nuestros Maravillosos Aliados". Y la verdad es que esto va por ahí.

Y sí, la RAE es nuestra amiga. "Limpia, fija y da esplendor".

Muy interesante artículo, la verdad. Trata un tema importante que uno no se puede figurar por sí mismo.