Nuestros queridos correctores (Parte 2)

Hace algunos días hablábamos de la labor del corrector, de como hacérsela más sencilla, pero hoy nos toca ponernos al otro lado, a corregir el texto de otra persona.

Como ya sabemos de la primera parte del artículo, la labor del corrector requiere mucho esfuerzo y dedicación, y muchas veces no es suficientemente reconocida. Sin embargo, un buen corrector debe tener claro en primer lugar que, remunerado o no, está haciendo un trabajo, y como parte de su trabajo está el ser imparcial y no tratar de "pasar" los errores, olvidos u omisiones del escritor solamente porque sea un amigo. Si el corrector es estricto, el texto mejorará.

Nuestros consejos para enfrentarse a la corrección de un texto son los siguientes:

- Imprime el documento. Hoy en día lo más habitual es que el autor te mande un email con el archivo adjunto, bien en pdf bien en formato word o rtf para que lo corrijas. Aunque corregir sobre el propio documento es tentador y hay herramientas muy bien desarrolladas para ello, es recomendable hacer primero las correcciones a mano, para lo que necesitamos una copia en papel. Si estás haciendo la corrección por amor al arte y no estás por la labor de imprimirte 220 páginas de un manual básico que ha hecho tu primo, entonces quizás puedas pedirle que haga él la copia y te la haga llegar, o incluso si tú también escribes puedes pactar que tú te imprimes sus cosas y que él imprima las cosas que le mandas tú, o cualquier arreglo. Así la cosa está más equilibrada.

Corregir sobre el documento en papel es mucho más cómodo de leer, hará que tus ojos se sequen un poco menos y trabajarás más rápido, sobretodo si no eres un maestro mecanógrafo. Ah, también es recomendable que las correcciones las realices con un bolígrafo que no sea negro, para que sean cambios visibles de un solo golpe de vista. La revisión luego puede pasarse al documento informático por las herramientas que tienen los diferentes programas (por ejemplo el Control de Cambios de Word) o puedes hacérselas llegar en mano y ya de paso tomar un café y comentarlas.

- Lee despacio. Corregir es un proceso lento y que require mucho esfuerzo, es distinto de leer a secas, debes examinar los signos de puntuación, las palabras, el formato... lee con calma y si se preciso lee en voz alta como si estuvieras en el Colegio, te permitirá captar si el autor pone pocas pausas, si abusa de las subordinadas, etc.

- Comentar, comentar, comentar. Es muy valioso no sólo hacer las correcciones, sino justificarlas. Es posible que si pongo "jarón" el corrector marque "jarrón" y ya nos entendemos todos, pero hay otras decisiones que pueden resultar difícil de identificar para el escritor cuando le hacemos llegar el texto. Si por ejemplo corregimos "atributo" por "Atributo" y no le explicamos que es por coherencia con la línea editorial, donde las Características van en mayúsculas, piense dos cosas: o que nos hemos equivocado o que entiende lo que queremos decir, y en ambos casos ambos perdéis un valioso tiempo. No temas explicar tus decisiones, porque además permitirás al autor aprender y cometer menos errores en el futuro. No descartes tomar un café o charlar por teléfono con él para hacerle saber tus pareceres, seguro que resulta muy enriquecedor para ambos.

- Domina las normas de estilo. Todo documento sigue alguna clase de normas. Si el texto que tienes que corregir es un suplemento, asegúrate de que esté en consonancia con las pautas marcadas por el manual básico y el resto de suplementos de la línea. Por ejemplo, las aventuras del juego de rol del Capitán Alatriste siempre empiezan con una sección de rumores. Si el autor no la incluye, debes hacérselo ver, pero para eso debes conocer a fondo esas "normas de estilo". Lo ideal sería que tuvieras un documento con esas normas enumeradas, pero no nos engañemos, es difícil que ese esfuerzo haya sido realizado en el pasado. Así que si puedes ten a mano ejemplos que consultar si tienes dudas.

Si se trata de un material nuevo, como un básico, éste va a servir para crear las normas de estilo por las que se guiarán los posibles suplemetnos, pero eso no hace que esté exento de trabajo sobre el estilo. Es posible que el autor haya cambiado de "estilo" sin darse cuenta, y es importante estar atento a esos errores para hacérselos ver.

- Revisa los cambios. Después de haber corregido el texto y enviárselo al autor, puedes pedirle que te lo reenvíe revisado tanto para comprobar en qué grado a aceptado tus sugerencias (si es que no te lo ha comentado previamente) como para captar nuevas erratas o sugerirle cambios de última hora. Si se dispone de tiempo, una segunda revisión vale más que una sola.

- Sé firme, pero razonable. Tu trabajo como corrector implica también la responsabilidad de defender tus criterios. Si has corregido una cosa y el autor no la cambia, estás en tu derecho de hablarlo con él. Hazle ver tus razones por las que quieres cambiarlo y que él te dé las razones por las que no. Intentad llegar a un acuerdo y si no lo conseguís... pues depende del documento del que hablemos. Si es algo que va a ser editado en la red gratuitamente o en plan amateur, puede que el autor sea el que deba tener la última palabra, pero si es un trabajo editorial quizás lo más adecuado sea que ambos, autor y corrector, acudan al responsable de la línea para preguntarle al respecto.

- Ten un diccionario a mano. Ya lo dijimos en el caso del escritor, pero en el tuyo también es importante, ¡Imagínate que el corrector corrige una palabra correcta por una con una errata!

Y esto es todo, concluyo este artículo sobre correcciones dando un sincero agradecimiento a todas las personas que a lo largo de los años han hecho la titánica labor de corregir mis textos. Espero que vean que algo he mejorado gracias a sus insistencias y sus continuos documentos en rojo...

3 comentarios:

Delfar dijo...

¿negro?

Creo que hay una errata y querías decir que se corrija con un boli que no sea negro, a ser posible rojo. Conozco gente que usa incluso diferentes colores para cada tipo de falta: gramática, ortográfica...

Se que existen una serie de signos especiales, aunque yo nunca los he usado es bueno saber si la editorial o el autor tiene algún tipo de convenciones que suela usar para hacer más rápido y cómodo el trabajo.

Yo suelo leer varias veces el documento dedicando especial cuidado en cada lectura a algo concreto:
- La primera lectura para saber de que va y ver los primeros gazapos.
- La segunda para la ortografía.
- La tercera para la gramática.
- La cuarta para el estilo y la expresión.
- La quinta para el conjunto y para ver dar una opinión general del texto.

Muchas veces junto las etapas sobretodo si es un texto largo o no tengo tiempo...

Gracias por tenernos en cuenta ;)

Pedro J. Ramos dijo...

Efectivamente, he puesto " las realices con un bolígrafo que no sea negro" porque el negro suele ser el color de la tinta de la impresora y claro, se superpone. El rojo es una buena elección, pero si no lo tienes a mano el azul también ayuda.

Muy interesantes las etapas que sugieres, tomen nota los que quieran lanzarse a corregir todo locos :)

Sergio Recio Gamo dijo...

La parte de Leer Despacio es completamente cierta. Hoy día, vamos a mil por hora y no sabemos lo que leemos, a menos que lo hagamos despacito (y con buena letra, y nunca mejor dicho)